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Los frescos de Goya de San Antonio de la Florida recuperan el esplendor (la restauración comenzó en 1989)

Los frescos de Goya de San Antonio de la Florida recuperan el esplendor (la restauración comenzó en 1989) Los frescos con los que Goya decoró la ermita madrileña de San Antonio de la Florida, en 1798, dañados por el paso del tiempo y los problemas estructurales del edificio, han recuperado su esplendor tras una restauración iniciada hace 16 años que ha costado al Ayuntamiento cerca de 1,5 millones de euros.
La ermita, construida en 1792 junto al Río Manzanares y decorada seis años después por Goya, cuyos restos mortales fueron trasladados allí en 1919, presentaba grietas, filtraciones de agua, desprendimientos y suciedad.
En una primera fase, concluida a finales de 1993, se abordó la restauración del 40 por ciento de los 188 metros cuadrados que ocupan en total los frescos, lo que excluyó, entre otras partes, la bóveda central del edificio, por respeto al deseo que Goya dejó escrito en una carta de que se arreglase "únicamente lo roto, sin extender más el pincel".
Sí se intervino en los frescos que presentaban los daños más urgentes: las bóvedas izquierda y derecha, los semilunetos junto a las ventanas, el arco de los pies de la iglesia y tres de las pechinas.
La segunda fase se inició a finales de 2001 y duró alrededor de 20 meses en los que se trabajó en la restauración de la cúpula, en la que se centra el motivo principal representado por Goya: el milagro de San Antonio de Padua.
La fase que ahora ha terminado ha permitido restaurar el arco del altar, el ábside, la cuarta pechina y el grupo escultórico. Las pinturas de Goya en esta ermita, convertida en museo en 1928 después de construirse otra idéntica a pocos pasos para trasladar allí el culto, ya fueron restauradas en 1940 y sometidas a pequeñas intervenciones en 1955 y 1977.

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