Un libro analiza por primera vez los conjuntos catedralicios gallegos. El profesor Carrero Santamaría descarta que Galica tuviese alguna vez catedrales dobles

Carrero asegura que en Galicia no hubo catedrales dobles, algo que otros autores aplicaban a Santiago y a Ourense. En el primer caso se trababa de iglesias monásticas vinculadas a la basílica apostólica para mantener su culto y antes del traslado de la sede episcopal desde Iria. Y en Ourense, la pérdida de la catedral prerrománica o el que se hallase en obras obligó a adaptar un templo cercano, Santa María Nai «como catedral eventual», señala.
Santamaría estudia seis complejos: Santiago, Mondoñedo, San Martiño de Mondoñedo, Lugo, Ourense y Tui. Desmenuza la catedral gallega en la época medieval, el atrio como ámbito episcopal y clerical, la claustra y el claustro además de sacristías y tesoros sin olvidar los indicios de claustros reglares y las salas capitulares.
Reflexiona también acerca de las corrientes artísticas bajomedievales y su influencia en estos grandes templos gallegos y así se refiere a la sacristía y al tesoro en la época del gótico, a la aparición de los claustros catedralicios en Galicia con las nuevas salas del capítulo, desde la sala capitular propia como panteón episcopal o la capilla privada. Analiza las capillas privadas y el claustro como ámbito funerario y destaca el caso de claustro funerario con la Claustra Nova de Ourense, maravilla sólo iniciada, o el de patio porticado. No faltan las librerías capitulares, las capillas concejiles y de cofradías, la decoración del claustro y su liturgia. Carrero explica la evolución de los claustros también en la Edad Moderna, muestra los palacios episcopales por dentro para entender cómo vivía el obispo, así como el barrio de la canónica, y explica los casos de las cinco diócesis, que inicia con una referencia histórica de la sede.
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