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IGNANA

EL PODER DE LAS IMÁGENES ( I ): “La imagen como manipuladora de las masas”

EL PODER DE LAS IMÁGENES ( I ): “La imagen como manipuladora de las masas” (Trabajo realizado con Rocío González Brey, Manuela Paz Baña, Elena Cristóbal Ochandio e Ignacio Javier Calvo Ríos).
Son varios los textos que nos llamaron poderosamente la atención en estos artículos que leímos y analizamos. Realmente, son muchos los párrafos que podríamos destacar y estudiar por la gran relevancia que tienen.
En primer lugar, damos nuestra opinión sobre el último párrafo del artículo “La imagen como manipuladora de las masas”, que textualmente dice: “Como podemos ver la ‘guerra de las imágenes’ en su lucha por manipular a las masas no es algo que podamos encontrar sólo en el mundo nazi, en nuestra sociedad continuamos bebiendo de los slogan con los que nos martillean de forma continua desde los medios de comunicación, sobre todo desde el mundo del cine. Nos guían en nuestra conducta, en nuestras aficiones, nos venden ideologías, comportamientos y valores. En este contexto podemos colocar en nuestro mundo esa frase que en la Alemania nazi definió la fuerza de las imágenes en la propaganda como ‘la conquista de los espíritus y las almas”.
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, tratan de manipularnos de muchas formas. Con unos lo consiguen y otros se resisten un poco más, pero en el fondo creo que todos caemos, poco a poco, de una forma u otra, en el lugar a donde nos quieren llevar.
El mundo de la publicidad nos abrasa desde el amanecer hasta el anochecer, sin darnos tregua y sin casi dejarnos pensar. Da igual que miremos para la televisión o que vayamos escuchando la radio en el coche. Incluso si queremos estar tranquilamente en el cine disfrutando de una película para desconectar del mundanal ruido. En cada minuto nos quieren vender algo. Cada imagen estimula, más o menos, nuestros sentidos. Por mucho que nos resistamos, al final compramos lo que ellos quieren. Picamos el anzuelo. Ves la televisión y cada canal nos cuenta la realidad de una forma. No mienten, a veces, en el número de muertos o en el balance final de los hechos, pero sí buscan un culpable u otro según quien cuente la historia.
Si en este artículo se habla de Hitler y de cómo utilizó la imagen para aumentar su poder en el pueblo, en las actualidad hay otros muchos ejemplos que, sin ser comparables, nos llevan por caminos no deseados. Desde Estados Unidos nos vendieron una guerra (la de Irak) como algo necesario para el bienestar universal. Engañaron a todos los que quisieron escuchar, pero el fondo de la cuestión fue siempre diferente al que se quiso vender con imágenes manipuladas.
Justificaron la guerra por una armas químicas que nunca aparecieron. Manipularon imágenes y sentimientos, y desviaron la atención de otros grandes problemas que tenía el pueblo para conseguir un sangriento fin. Murieron inocentes y desde Estados Unidos la guerra se vendió como un éxito total. El pueblo americano, al menos una mayoría, se creyó todas las palabras y confesiones de sus dirigentes. La prueba más evidente es la reelección de George Bush.
Pero no hay que ir tan lejos. No hay que acercarse a Irak o a Estados Unidos. Lo podemos comprobar ahora en Galicia, en unas elecciones que vamos a “sufrir”·. Vemos a un Fraga más joven que nunca, en unas fotos totalmente retocadas y manipuladas. Y la gente se lo cree. ¡Qué joven está! ¡Qué bien se le ve! La imagen que ofrece engaña a muchos, al menos a los menos jóvenes. Y tal vez a más de los que deseamos.
Hace poco sufrimos la desgracia del Prestige y comprobamos como unos se echaron la culpa a los otros. Todos utilizaron el poder de las imágenes y de las nuevas tecnologías para contar sus versiones y convencer al pueblo con verdades, medias verdades y mentiras. Al final, consiguieron callar muchas voces con dinero, lo que demuestra como nos pueden guiar en nuestras opiniones y en nuestras conductas.

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