Blogia
IGNANA

El tema no es para reírse. Es muy serio, pues el 38% de los menores que utilizan el teléfono móvil muestran cierto grado de adicción

El tema no es para reírse. Es muy serio, pues el 38% de los menores que utilizan el teléfono móvil muestran cierto grado de adicción La mitad de los menores envía SMS a sus amigos todos los días y un 11% de ellos ha llegado a engañar, mentir e incluso sustraer dinero a sus padres para abonar el saldo del terminal.
Al borde de la adicción al teléfono móvil, los niños españoles encontraron en este aparato mucho más que un sistema de comunicación. Aunque técnicamente no se puede hablar de dependencia, los menores sienten desazón cuando se les priva de su compañía. Una encuesta realizada entre chavales de 11 a 17 años demuestra que un 38% siente zozobra o lo pasa “fatal” cuando carece de su móvil. Los expertos consideran que aún no es tarde para reaccionar y recomiendan a los padres que controlen a sus hijos.
Aparte de las secuelas psicológicas, la movilmanía acarrea un gasto nada desdeñable. Un 25% de los participantes en el estudio confiesa que el uso del teléfono les ocasiona un desembolso de 20 euros al mes, una factura que casi siempre asumen los padres. Uno de cada cuatro niños cambiaron de aparato hasta cuatro veces.
Una vez dada la voz de alarma, los expertos apelan a la responsabilidad de educadores y familias. De acuerdo con los especialistas, el abuso del móvil puede ser tipificado como un “desorden de adicción” que es necesario atajar cuanto antes, con la colaboración de las compañías de telecomunicaciones.
A la luz de las conclusiones del informe “Seguridad infantil y costumbres de los menores en el empleo de la telefonía móvil”, se constata el uso intensivo y consumista que hacen los más jóvenes del aparato. La mitad de los menores envía mensajes SMS a sus amigos todos los días.
La encuesta, que se hizo en la Comunidad de Madrid, pero cuyos resultados son extrapolables a toda España, pone de manifiesto que los niños incorporaron el móvil a sus vidas como un instrumento más de ocio. Sin embargo, su uso descontrolado puede acarrear consecuencias indeseables.
La asociación “Protégeles”, entidad que elaboró el estudio a instancias del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, descubrió que en un 11% de los casos el chaval llega a engañar, mentir e incluso sustraer dinero a sus padres para abonar el saldo del terminal.
Además, un 72% de los menores sostiene que ha recibido SMS que incitan a participar en apuestas, sorteos y juegos de azar. Asimismo, a un 68% le llegan mensajes no solicitados.

0 comentarios