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IGNANA

Política

Y ahora, la familia de Pinochet ¡¡ se enfada !!

Y ahora, la familia de Pinochet ¡¡ se enfada !! Pinochet, hasta muerto, riza el rizo. Ahora, resulta que su familia se mosquea y decide no invitar a ningún miembro del Gobierno a los funerales del asesino dictador porque no le despiden con honores de Estado. Y se quedan tan panchos. Lo que tendrían que hacer con todos esos familiares es quitarles todo lo que tienen, que no es de ellos, sino del pueblo chileno. La inmensa fortuna que amasó Augusto Pinochet es del pueblo y ahora la van a disfrutar (ya llevan muchos años disfrutándola) sus ofendidos familiares. Ver para creer. Dinero y propiedades tendrían que ser confiscados para repartir entre los familiares de los más de tres mil ciudadanos asesinados por Pinochet. Pero lo que no entiendo es lo de la misa y sus funerales. La familia del asesino también es católica... para no volver a pisar una iglesia en toda la vida.

¿Una misa por Pinochet?

¿Una misa por Pinochet?

No lo entiendo. Asesino, torturador... y sabe Dios qué más cosas. Mandó matar a más de tres mil personas inocentes por el simple hecho de llevar una camisa distinta. Torturó a más de treinta mil ciudadanos chilenos y no chilenos. Y ahora, resulta que lo despiden con una misa, en una iglesia. ¡¡ Cómo cambia la vida !!. Y ahora resulta que era ¡¡ católico !!. También apostólico y romano... Que incronguencias tiene la vida. Augusto Pinochet va a ser enterrado con honores cristianos. No me extraña que cada vez se vea menos gente en las iglesias, si en ellas tiene cabida un asesino como Augusto Pinochet.

¡¡Viva Chile!! ¡¡Pinochet ya está muerto!!

¡¡Viva Chile!! ¡¡Pinochet ya está muerto!!

Y ahora, ¿qué?. ¿Dónde está la justicia en este mundo? ¿Cómo puede morirse un asesino, un dictador, en la cama de un hospital militar? ¿Por qué no se hizo justicia con la historia de Chile? ¿Por qué Augusto Pinochet no fue juzgado y condenado por sus atroces delitos y por sus asesinatos? ¿Qué pueden esperar de la justicia las familias de los 3.000 chilenos asesinados por el dictador? ¿Por qué se permite a Pinochet morir en paz, sin ser juzgado? Más de 3.000 asesinatos y más de 30.000 personas inocentes torturadas por un dictador, que no fue juzgado. ¿Por qué tienen que nacer bichos como Pinochet en este mundo tan cruel?. Y, lo más triste, es que dureante estos últimos años, después de los asesinatos, fue recibido con honores por grandes jefes de estado democrátoisos y por el mismísimo Papa. Para echarse a llorar.

(El Mundo):

Historia de un DICTADOR

Historia de un ASESINO

Cuesta vincular mentalmente la imagen de un anciano nonagenario, canoso y con múltiples achaques de salud con la figura de un tirano sin escrúpulos. Pero ahí está. Augusto Pinochet. El mismo hombre que, a sus 91 años, arrastraba los problemas propios de la edad, presidió entre 1973 y 1990 un periodo dictatorial en Chile durante el que se cometieron brutales atrocidades por las que fue reclamado en múltiples ocasiones por la Justicia, aunque nunca llegó a ser condenado.Bajo su autoridad, los organismos de seguridad hicieron desaparecer a unos 3.000 prisioneros políticos, decenas de miles de disidentes conocieron la tortura y la cárcel, y más de 30.000 chilenos tuvieron que exiliarse. Unos crímenes por los que acumulaba cerca de 300 querellas criminales por asesinato y secuestro en Chile y otros países, entre ellos España.La historia de Pinochet comenzó en Valparaíso. Allí nació el 25 de noviembre de 1915. Fue uno de los seis hijos de un funcionario aduanero. Sus antepasados habían llegado a Chile desde Gran Bretaña a comienzos del siglo XVIII. A los 18 años ingresó en la Escuela Militar de Chile y durante mucho tiempo no fue más que un oscuro oficial de infantería de perfil bajo, eso sí, con los conceptos de "disciplina" y "obediencia" muy interiorizados.Se casó en 1943 con Lucía Hiriart Rodríguez, hija de un influyente político del Partido Radical. Con ella tuvo cinco vástagos, tres mujeres y dos hombres. A los varones le puso por nombre Augusto y Marco Antonio, una muestra de su admiración por la antigua Roma. Él mismo se llegó a comparar en alguna entrevista con Lucius Quincius Cincinnatus, dictador romano del siglo V antes de Cristo.En octubre de 1972 fue nombrado comandante en jefe, con carácter interino, de las Fuerzas Armadas chilenas en sustitución del general Carlos Prats, quien fue nombrado ministro del Interior en el Gobierno de Salvador Allende. Aunque nunca había manifestado ningún signo de oposición al presidente socialista, cuando éste declaró Santiago de Chile zona militar en respuesta a las huelgas y disturbios, Pinochet anunció que si éstos persistían sacaría el Ejército a la calle."Para liberar al país del yugo marxista", el 11 de septiembre de 1973 Pinochet y otros mandos militares, entre ellos el almirante José Toribio Merino y el general Gustavo Leigh, perpetraron un golpe de Estado en el transcurso del cual murió el presidente Allende durante el ataque al Palacio de la Moneda. Pinochet asumió el cargo de Jefe Supremo de la Nación el 27 de junio de 1974 y el 17 de diciembre de ese mismo año fue nombrado presidente.Pocas semanas después del golpe, un siniestro coronel y amigo de Pinochet, Manuel Contreras, constituyó una organización de policía secreta, la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), temida por la población hasta adquirir tintes de leyenda por la brutal actividad de represión y torturas emprendidas contra las fuerzas opositoras de la izquierda. A lo largo de su mandato, Pinochet vivió periodos de inestabilidad política y disturbios callejeros, como en 1983 y 1984, cuando la crisis económica provocó innumerables protestas populares que hicieron tambalearse al régimen. El 7 de septiembre de 1986 un grupo de extrema izquierda intentó asesinarlo y desde entonces se rodeó de mayores medidas de seguridad en todos sus desplazamientos. Coleccionista y karatekaAunque su pasión por la seguridad personal la tenía ya desde joven. Amante del karate, llegó a alcanzar la categoría de cinturón negro en este arte marcial. Conocida era también su gran habilidad con las armas de fuego y su certera puntería. El tabaco y el alcohol no figuraban entre sus excesos y los que le conocían aseguraban que su estilo de vida fue sido más bien frugal. Entre sus aficiones destacaba las colecciones de objetos como lápices, gomas de borrar o clips.Tras perder en 1988 un referéndum sobre su continuidad que él mismo convocó, en marzo de 1990 Augusto Pinochet abandonó la Presidencia de Chile, aunque continuó como jefe de las Fuerzas Armadas. Además, antes de dejar el poder, se aseguró la facultad de nombrar a los jefes de las Fuerzas Armadas y la designación de nueve senadores. En marzo de 1998, cuando dejó la jefatura del Ejército, juró como senador vitalicio, cargo que le aseguraba la inmunidad.Cuando ya se había convertido en un anciano y las familias de las víctimas que sufrieron sus atrocidades se habían acostumbrado al olvido internacional de unos crímenes que ya quedaban demasiado lejos en el tiempo, el juez español Baltasar Garzón emprendió en 1998 un osado proceso judicial sin precedentes, que consiguió la detención de Pinochet en un hospital de Londres, donde había ingresado para una intervención quirúrgica.Durante 503 días Pinochet permaneció arrestado en Londres y, aunque finalmente Reino Unido desestimó la petición de extradición solicitada por el juez Garzón alegando razones humanitarias debido al delicado estado de salud del anciano, ese fue el detonante de una larga serie de causas judiciales que se sucederían después en Chile. Hasta el día de su muerte ningún proceso fructificó, pero durante los últimos ocho años, el anciano decadente tuvo que mirar la cara de la Justicia.Demencia subcortical moderada, episodio isquémico transitorio, presbiacucia, asma, rotura de disco intervertebral, artritis en la rodilla izquierda, venas varicosas superficiales, hernia inguinal izquierda, hiperplasia prostática benigna, enfermedad aurículo-ventricular, bocio tiroide multinodular, rinitis y diabetes mellitus tipo II son algunas de las torturas personales que acompañaron a Pinochet en su senectud.

Finalmente, fueron las complicaciones del infarto de miocardio y el edema pulmonar sufridos en noviembre de 2006 los que le causaron la muerte. El ex dictador murió en el Hospital Militar de Santiago de Chile el 10 de diciembre.

Bush y Blair, ¡¡ vaya par de angelitos !!

Bush y Blair, ¡¡ vaya par de angelitos !!

Ahora, después de las miles de vejaciones y asesinatos que se cometieron en Irak (y también en Afganistan), resulta que el gran pensador George W. Bush dice que es necesario un nuevo enfoque sobre Irak. Lo dijo justo un día después de que un duro informe del Grupo de Estudio de Irak haya pedido un cambio en la estrategia de Estados Unidos. "Creo que necesitamos un nuevo enfoque", señaló en un momento de lucidez George W. Bush durante una conferencia de prensa con el primer ministro británico, Tony Blair, su aliado más cercano en la guerra de Irak. Bush y Blair, ¡¡ vaya parejita !!, ¡¡ vaya dos angelitos !!. Hay que darles de comer aparte. Lo extraño del asunto es que Aznarín no haya salido también esta vez en la foto. Será porque todavía no domina el inglés. ¿O tal vez tenía otra conferencia en inglés y no le dio tiempo a llegar?. ¡¡Qué angelitos !!.

Es una vergüenza que Augusto Pinochet siga sin tener sus huesos en la cárcel

Es una vergüenza que Augusto Pinochet siga sin tener sus huesos en la cárcel

La Justicia está en deuda con Chile y con el Mundo. Augusto Pinochet está más allá que aquí, aunque sigue tomándole el pelo al pueblo de Chile. Es triste que el asesino Agusto Pinochet se vaya a morir en su casita, con la calefacción puesta y rodeado de sus familiares. Es una pena que a estas alturas Augusto Pinochet no esté con sus huesos en una fría celda de una cárcel cualquiera de Chile, la más tenebrosa a ser posible. Es triste que Pinochet siga sin ser juzgado por los múltiples asesinatos cometidos. Es triste que por robar un mendrugo de pan para no morirse de hambre haya gente en prisión. Es triste que Pinochet no se muera en la cárcel, con frío y sin tener a su lado a todos aquellos familiares que se beneficiaron de todo lo que robó durante tantos años. No es justo que Pinochet siga libre. Su enfermedad no me da pena. Es casi una mentira. Me da pena que no haya justicia. Me da pena que Pinochet se muera sin haber pagado por sus delitos. Enfermo como está, tendría que vivir cincuenta años más, pero en prisión.