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IGNANA

¡Ojito!, se persiguen piratas: La justicia española también ataca a las redes de intercambio de ficheros en Internet

¡Ojito!, se persiguen piratas: La justicia española también ataca a las redes de intercambio de ficheros en Internet No sé qué tendrán los yanquis, pero siempre que deciden o adoptan alguna medida sea del tipo que sea, en Europa no tardan en copiarla. Da la impresión de que sólo los yanquis tienen iniciativas, fuerza y dominio de la situación. Ya va siendo hora de que espabilemos en Europa, aunque visto lo visto en Francia, no sé qué pensar.
Lo cierto es que después de que Estados Unidos tomara cartas en el asunto, ahora en España también empiezan a controlar la piratería en Internet. La policía investiga una denuncia presentada por un grupo de 38 empresas contra estos servicios. Canciones, filmes y programas de ordenador son los archivos con mayor difusión.
Era cuestión de tiempo. La persecución de la que son objeto las redes de intercambio de ficheros gratuitos en Internet en Estados Unidos llega a Europa y a España. Un grupo de 38 empresas, cuyos nombres no se han divulgado, ha presentado una denuncia ante la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional, y espera llevar pronto esta querella a los juzgados, una vez que se sumen a la iniciativa otras compañías.
Lo cierto es que las posibilidades de que esta demanda llegue a buen puerto son escasas. El caballo de batalla es saber si el intercambio de ficheros entre dos particulares, generalmente canciones, películas o programas informáticos, viola los derechos de propiedad intelectual de sus creadores. Sobre todo si se tiene en cuenta que no existe ánimo de lucro por ninguna de las partes ni mediación de dinero.
Además, probar que un usuario está utilizando su ordenador para descargar estos archivos a través de una de estas redes de usuario a usuario (conocidas como P2P, siglas en inglés de peer to peer ) requiere autorizar un registro domiciliario. Un paso que pocos tribunales se atreverán a dar.
El único precedente en España es el de un caso desestimado por un juez de Barcelona en el que un padre llegó a autoinculparse de haber descargado en su ordenador miles de canciones ante el temor de que sus dos hijas adolescentes fueran acusadas.
Por su parte, las empresas afectadas, sobre todo las discográficas, alegan que el uso de las redes P2P les acarreó pérdidas de 150 millones de euros en el 2003 y se muestran dispuestas a todo para combatir su propagación. Para ello, no han dudado en hacerse con las direcciones IP (localización física de un ordenador en la Red) de 95.000 usuarios, aunque la demanda se dirige sólo contra los 4.000 «más activos».

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